El período de prueba es el tiempo que tanto la empresa como el trabajador establecen para decidir si quieren tener una relación laboral más larga. No todas las empresas dan un período de prueba, y el trabajador no lo puede exigir.

Generalmente, el período de prueba dura dos meses, que es el máximo permitido. Para un contrato de duración determinada que no supere los seis meses será como máximo de un mes, y para un trabajo en el que sea necesaria una titulación técnica el período de prueba será como máximo de seis meses.

Una vez finalizado este tiempo, la empresa puede decidir no seguir con la relación laboral, y también puede decidirlo el trabajador. En ese caso, debe tener en cuenta que no tendrá derecho a paro si abandona el trabajo, aunque ante faltas graves que motiven el abandono probablemente se podría intentar.

Tanto el trabajador como la empresa pueden dar por finalizada su relación laboral durante el período de prueba, sin que sea necesario dar una explicación del por qué. El trabajador que decide no continuar durante el período de prueba tampoco tiene la obligación de dar un preaviso.

Si la empresa te despide durante el período de prueba, no te corresponde ninguna indemnización. Sí te deberá pagar el salario adeudado y la parte de las vacaciones que te corresponde.

Si es necesario coger la baja estando en período de prueba, se puede llegar a un acuerdo con la empresa para paralizar ese período y retomarlo tras la baja.

No obstante, si no se llegase a ningún acuerdo y la empresa así lo decidiera, sí puede despedir a un trabajador que se encuentre en período de prueba y esté de baja si considera que no ha superado la prueba.

Lo que no puede hacer es despedir por motivos que harían que ese despido fuese nulo, como por estar embarazada, por ejemplo, o por religión, raza, sexo, entre otros.

En ese caso, el trabajador podrá demandar a la empresa y recibir una indemnización, ya que un trabajador en período de prueba tiene los mismos derechos, y obligaciones, laborales que el resto de la plantilla.

Si se produjese el despido, el trabajador recibirá el finiquito y tendrá derecho a cobrar el paro si ha cotizado el tiempo suficiente, esto es al menos 360 días dentro de los seis años anteriores. Si ha cotizado menos tiempo podrá solicitar una prestación cuyas condiciones y cuantía dependerán de la situación de cada cual.

Para aquellos trabajadores que soliciten la prestación por desempleo en 2021, el máximo y el mínimo a cobrar ha aumentado, por lo que cobrarán un máximo de 1.153,34 si no tienen hijos, 1.318,1 si tienen un hijo y 1.482,86 si tienen más de un hijo.

El mínimo a cobrar será 527,24 si no tienen hijos y 705,18 si tienen hijos a cargo.

Ante cualquier duda, es recomendable consultar con un abogado laboralista experto.